Tomás el dedo índice y lo enredás con el meñique. Cuesta, pero vale la pena. Ya va. (rrruidoarrrroto).
Ahora estirás el pulgar hasta el codo quesencuentralgunos centímetros antes de la mano a la cual está adosado. (nohaydolornohaydolor)
Por si esto fuera poco (envidia), el anular y el medio comienzan a sentir una pasión revolucionaria en lo más íntimo de sus entrañas, por lo que convulsionan eléctricamente hasta quedar extasiados, deshechos, formando el símbolo de la paz. Y anarquía. (ruidodesirenasuuuhuuuhuuuhu).
Como es un ejercicio más bien cíclico, pagás la fianza y volvés al principio.
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